domingo, 13 de mayo de 2012

SÓCRATES Y SU ACTUALIDAD


Sócrates y su actualidad. Un consejo de 2.500 años: “Conócete a ti mismo”

Sócrates es un prototipo del filósofo griego por excelencia, fundador de la filosofía moral, o axiología, nació en Atenas el año 470 a.C. Y murió en la misma ciudad el 399 a.C. Hijo de un escultor y de una partera, recibió una educación tradicional en literatura, música y gimnasia. Se educó como alumno de Arquelao, sucesor de Anaxágoras, y se familiarizó con la retórica y dialéctica de los sofistas, las especulaciones de los filósofos jonios y la cultura general de la Atenas de Pericles.
Su familia pertenecía a la tribu antióquida de Alópeque, de la polis de Atenas. Por lo tanto fue ciudadano pleno de esta ciudad con todos los derechos políticos. (Ciudadanos eran solo los varones libres nacidos de padre y madre ateniense y mayores de 21 años: en total unos 45.000 en una población de 300.000 almas. El resto eran metecos, extranjeros, o esclavos).
Al principio, adoptó el trabajo de su padre y realizó un conjunto de estatuas de las tres Gracias que estuvo en la entrada de la Acrópolis hasta el siglo II a.C. También fue soldado. Sirvió con gran valor como hoplita de infantería en el ejército de Pericles durante la guerra del Peloponeso contra Esparta, en las batallas de Potidaea, donde salvó la vida a Alcibíades; Delio y Anfípolis.
Estuvo casado con Xantipa, una mujer más joven que él, que ha pasado a la historia como arquetipo de esposa dominante a la que su marido no puede controlar. Tuvieron tres hijos: Lamprocles, Sofronisco y Menexeno. De vida sobria y austera, Sócrates fue siempre pobre. Pero supo rodearse de los personajes más influyentes del momento, así como de un nutrido círculo de alumnos cuyas certidumbres cuestionaba por sistema. Este continuo “aguijonear” acabaría por ponerle en una situación tan difícil que fue condenado a muerte por el Tribunal ateniense de los Quinientos en el año 399 a.C.

La acusación:
Sócrates era un personaje muy conocido en Atenas, siempre respetuoso con las leyes y los dioses. Pero su independencia de criterio y su influencia sobre la juventud inspiraban desconfianza. Tenían de él una imagen de ciudadano díscolo, ya muy asentada por su acción como filósofo.
Hubo también odios personales. Entre sus enemigos estaba Anito, un rico curtidor, cuyo hijo, seguidor de Sócrates, había muerto alcoholizado tras apartarse de la obediencia a su padre.
El ajuste de cuentas fue en el 399 a.C. Cuando se le acusó de despreciar a los dioses y corromper a la juventud, alejándola de los principios de la democracia.
Uno de los querellantes fue Anito; los otros dos, Meleto y Licón. Ante un tribunal de 501 ciudadanos atenienses elegidos por sorteo, Sócrates fue acusado por Meleto “de no creer en los dioses en que cree la ciudad, de introducir divinidades nuevas (una referencia al daemonion o voz interior mística, a la que Sócrates aludía a menudo), y de corromper a la los jóvenes”. En caso de ser hallado culpable, la sentencia era la condena a muerte por medio de un veneno, la cicuta.

¿Qué había en el fondo de esas acusaciones?
Está claro que la oficialidad ateniense le temía. El feroz poeta cómico Aristófanes en su comedia Las nubes le había presentado como el dueño de una “tienda de ideas” donde se enseña a los jóvenes a disfrazar la peor razón como si fuera la mejor.
La actitud filosófica de Sócrates era someter a crítica todas las cuestiones de índole social, moral o religiosa, sin excepción. Eso debía fastidiar a muchos. Además, se esforzaba en instruir a una futura clase política para que gobernase con sabiduría y justicia. Entre sus discípulos había personajes tan controvertidos como Alcibíades o Arístipo. Puede ese grupo snob fuera odiado por los poco instruidos ciudadanos de Atenas, excluidos de la intelectualidad de Sócrates.

El proceso:
Esas triviales razones sentaron a Sócrates en el banquillo. Su proceso nos ha llegado a través de los relatos de Platón o Jenofonte, sus amigos. Gracias al primero conocemos la defensa que Sócrates hizo de sí mismo ante los jueces: una valiente e irónica reivindicación de toda su vida y una oportunidad para exponer su doctrina, según la cual la virtud, la justicia y la verdad no son cuestiones que puedan resolverse según las costumbres; sino conforme a las exigencias de la razón.
En la votación que siguió a esta vibrante autodefensa, 280 miembros del jurado lo consideraron culpable y 211 inocente. Según era costumbre, se pidió al filósofo que propusiera una pena alternativa a la muerte que se pedía para él. Pero Sócrates estropeó esa oportunidad. Considerando que sus enseñanzas habían sido en bien de la ciudad, hizo una propuesta irónica: pagar solo una pequeña multa acorde con el escaso valor que un filósofo tenía para el Estado. Esta arrogancia le fue fatal. Cuando se votó sobre la condena a aplicar, la opinión de los jurados se había vuelto en su contra: 361 optaron por la pena de muerte.
Los discípulos le instaron a fugarse, pero Sócrates, irreductible, sostuvo que el primer deber del ciudadano ateniense era respetar las leyes. Durante la última noche bebió una opa de veneno preparado con cicuta, el procedimiento habitual en Atenas. Esta muerte convirtió a nuestro autor en uno de los pensadores más influyentes del mundo.
El trato cruel que Atenas dio al maestro afectó en lo más profundo a su discípulo más brillante, Platón: muchos de sus escritos éticos posteriores se dirigieron a evitar que injusticias parecidas se repitieran.

El problema socrático:
Sin duda Sócrates fue un personaje polémico, juzgado de forma superficial por quienes no percibían las sutilezas de su poderoso intelecto. Aunque tuvo muchos discípulos, nunca creó una escuela filosófica ni escribió un libro. Creía en la superioridad de la discusión sobre la escritura y pasó la mayor parte de su vida en los mercados y plazas de Atenas, pegando la “hebra” dialéctica con todo aquel que quisiera escucharle.
Conocemos su actividad filosófica por los testimonios contradictorios de Jenofonte, Aristófanes o Platón, que plantearon a la posteridad el llamado problema socrático:
¿Cómo era en realidad y cuáles fueron sus enseñanzas?
Para Aristófanes, belicoso autor teatral, sólo era un sofista jocoso y burlesco.
Para el prosaico historiador Jenofonte, un moralista práctico que sólo se dedicaba a la formación de ciudadanos de bien.
Platón en cambio era un discípulo inteligente. Todo lo que se sabe sobre la filosofía de Sócrates procede de los Diálogos platónicos, que lo describen lleno de ingenio y agudeza mental, escondiéndose tras una irónica profesión de ignorancia, la famosa ironía socrática (representa una parte o primera fase de su método para alcanzar la verdad).
Sin embargo, Platón pudo mezclar sus ideas filosóficas con las de su maestro. Se piensa que los diálogos de juventud reproducen con fidelidad el pensamiento socrático, pero que los de transición y madurez, exponen las ideas del propio Platón.

Su pensamiento:
Es muy probable que Sócrates se iniciara en la filosofía estudiando  a Empédocles, Diógenes de Apolonia y Anaxágoras, entre otros. Después, se orientó hacia la sofística que floreció en Atenas durante su juventud.
Pero los sofistas no le convencieron. Por un lado, les despreciaba por cobrar sus enseñanzas. Por otro, criticaba su relativismo. Para la sofística, los conceptos son el resultado de una convención: lo que es justo en una ciudad puede no serlo en otra.
Sócrates, por el contrario, afirmaba que lo justo ha de ser lo mismo en todas partes. Creía en las definiciones universales de los conceptos: la mayoría no puede decidir qué es lo bueno o lo justo, tienen realidad por sí mismos. Lo mismo ocurre con la virtud, la bondad o cualquier otro concepto importante. Por eso buscaba las definiciones objetivas de las cosas, su esencia más profunda (su filosofía se basaba en esa búsqueda).
¿Y qué era definir para él?
Responder a la pregunta ¿qué es? (tí estí): solo sabiendo qué es algo, con independencia de su apariencia, podrá conocerse bien y dar lugar a una ciencia (episteme).

Su método:
Para Sócrates, iniciador de la filosofía entendida como ciencia que indaga en el ser humano, en el alma de cada hombre están presentes, de forma innata, los verdaderos conceptos de cuanto existe. Se pueden llegar a descubrir mediante la introspección y el diálogo entre las diferentes inteligencias. Este diálogo solo será útil si se practica con una cierta distancia irónica frente a los prejuicios de las partes, nunca como un modo de prevalecer en una discusión. Para ello ofrecía un método inductivo, que fue su aporte esencial al progreso del pensamiento y la ciencia: a partir de conceptos individuales, enseñaba a alcanzar otros de validez universal. Su método era dialéctico, respondía mediante preguntas: planteaba una discusión y analizaba las respuestas que suscitaba, intentando que el interlocutor extrajera sus conclusiones (esto lo practicaba también con sus discípulos). Es muy célebre su lema: “solo sé que no sé nada”, auténtico reconocimiento de su saber y también de su no saber sobre algo (ignorancia).
Hay dos fases o períodos en su método:
1)La ironía (o fase destructora), mediante la cual, a través de preguntas, el maestro procuraba desconcertar al discípulo, exponiéndolo a sus contradicciones, para hacerle consciente o hacerle ver su propia ignorancia.
2) La mayéutica (o fase constructiva). La expresión equivale a “dar a luz” y Sócrates la asociaba a la condición de partera de su madre. En vez de aplicarla  a cuerpos, él la aplicaba a las almas. A través de ella, también por el método de las preguntas y respuestas, lograba que el alumno encontrara la verdad dentro de sí, haciendo surgir sus ideas innatas (ideas que no nacen o se aprehenden de fuera, sino que están ya ahí desde un principio o inicio).

Nuestro autor consideraba que su misión no era impartir doctrina, sino lograr que sus alumnos descubrieran su propio espíritu para cuidarlo y cultivarlo. De ahí la expresión más conocida que Platón pone en sus labios: “Conócete a ti mismo”.

2 comentarios:

  1. Que diferencias hay en las antiguas ideas de socrates a las de ahora

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    1. No soy un experto ni la autora del artículo, pero espero poder ayudarte.

      Las ideas de Sócrates eran precursoras el racionalismo: como dice el artículo, para Sócrates las ideas estaban dentro de uno y se podían sacar mediante su método y el dialogo. Hoy en día, no solo hay un mucho mayor desarrollo de las ideas racionalistas (Descartes, San Agustín, etc.) sino que también hay corrientes que se le contraponen. como el empirismo. Además, hay otros métodos además del inductivo, por ejemplo, el deductivo. Espero que te sirva :)

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